jueves, 4 de febrero de 2010

TU Y LOS VALORES...

Los hijos van detrás de los padres, absorbiendo todo lo que hacen, y llenando su vida, aprendiendo y copiando de lo que los padres hacen, los valores se aprenden en casa y el ejemplo tiene mucho que ver. No espere que sus hijos hagan lo que usted no hace, si usted dices mentiras, ellos también lo harán, si no tienes paciencia ellos tampoco, la tendrá. Los padres son ineludible e indiscutiblemente, los primeros responsables de la educación de los hijos, después vendrá la escuela y la sociedad, pero la primera y principal fuente de educación en valores es el hogar, y los padres deben de asumir con responsabilidad esta tarea.

Los padres educan básicamente con la manera de decir las cosas, además también educan cuando saben acercarse a los hijos para aconsejarlos, cuando saben estar presentes en el momento de la dificultad, y con la palabra oportuna saben decir estas equivocado. Los padres no necesitan ser graduados en universidad, para convertirse en formadores de valores en el hogar, lo cierto del caso es que los hijos lo copian todo.

Así que si usted es de los que le dice a su hijo, que diga que no estás cuando te requieren al teléfono, no esperes que mañana El te diga que todo va bien en el colegio, cuando en realidad está mal. No tiene sentido que como padres le digamos que sean tolerantes, cuando ellos están viendo que ustedes como esposos no se soportan.

La educación en valores no tiene que estar siempre dirigida a Dios, pues esto de la formación en valores, puede ser adoptado por colegios católicos, budistas, o musulmanes, no es algo exclusivo de programas católicos, aquí de lo que se trata es que todos somos seres humanos, y como seres humanos, debemos de estar siempre danto muestras de respeto, tolerancia, paciencia, comprensión, y todo esto son valores que para bien de todos debemos de estar practicando, con el fin de llevar una sana convivencia, en donde todos nos consideremos iguales y que aunque de diferentes lenguas o nacionalidades, y razas, a todos nos une una misma condición, y es la de ser PERSONAS HUMANAS.

Hablar de los valores no es exclusivo de ninguna confesión religiosa, estoy convencido que pertenézcase a tal o cual confesion religiosa, todos los padres de familia quieren ver a sus hijos, como personas de bien y útiles a la sociedad. Es por ello que hablar de valores tales como amistad, amor, comunicación, confianza dialogo, dignidad, disciplina, justicia, libertad, perseverancia, responsabilidad, sinceridad… y muchos otros mas, lo que se quiere lograr con ello es que seamos personas de bien, y esta sí es la meta en todas las culturas, ser hombres y mujeres que nos valoremos y sepamos aceptarnos con nuestras diferencias.

El amor es un valor que nos hace trascender, es la fuente de la vida y de todos los valores, reside dentro de nosotros es algo que tenemos, vivimos y sentimos y no algo que somos. Debemos vivir el amor, entendiéndolo como el centro de la vida en torno al cual gira todo lo demás.

Cuando servimos a los demás sin esperar nada a cambio, practicamos la generosidad que es parte del amor, pues el amor es desinteresado. Quien practica el valor la generosidad, aprende a tolerar, respetar y comprender a sus semejantes. El amor también significa dar, como cuando te desprendes de lo que posees, sin presiones, lo hacer con la libertad de saber que haces un bien, y lo haces motivado solo por el amor a tu hermano. Porque no se trata de dar de cualquier modo, sino con satisfacción de entregar algo, sin recibir nada y que este hecho brinde alegría a quien diriges tu acción esto también te significa alegría porque tuviste la oportunidad de hacer feliz al otro.

Cada vez que le prestas un servicio a alguna persona, visitas a un amigo enfermo, donas dinero o materiales para aliviar el sufrimiento, en un desastre natural, ayudas a un vecino o realizas alguna otra acción altruista el amor se está manifestando en tu comportamiento.

Es necesario educar en los valores, porque:

§ Una víctima inocente es una catástrofe,

§ Un niño hambriento es una blasfemia,

§ Una mujer violada es una profanación,

§ Una tortura física o sicológica, es sacrilegio,

§ Un drogadicto es un templo derrumbado.

Francisco Javier Londoño L. Pbro.