sábado, 31 de octubre de 2009

MODELOS RECLAMA HOY EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

La opción pedagógica más pertinente en la actualidad es la de un modelo o enfoque interestructurante y dialogante que considere el papel activo del estudiante en el proceso de aprendizaje, pero que también comprenda que la medicación es una condición necesaria del desarrollo. Una postura que reconozca que las ideas no son sembradas en la mente del niño, a la manera de depósitos, sino que conviven, dialogan y coexisten con las anteriores ideas, valores y sentimientos que se manifiestan en el niño y en el joven con el que interactúan. Una postura que considere el diálogo como condición social del desarrollo y que entienda que la educación en “tercera persona” (Escuela Tradicional) tiende a aplastar los intereses de los niños, frenar el desarrollo del pensamiento y a desconocer el papel activo que cumple todo estudiante en el proceso de aprendizaje; pero que también comprenda que la educación en “primera persona” (Escuela Activa y constructivismo) subvalora el papel del maestro y la cultura, y sobrevalora las posibilidades de los propios estudiantes.

Los nuevos modelos que reclama hoy el proceso de enseñanza-aprendizaje han de asignarle al maestro la función esencial de mediador de la cultura. Su tarea es la de planificar, organizar, seleccionar, jerarquizar y ordenar los propósitos y contenidos a ser trabajados. Él debe garantizar que dichos propósitos y contenidos sean acordes con el nivel de desarrollo del estudiante, tanto a nivel cognitivo como socioafectivo. Su función esencial será la de favorecer y jalonar el desarrollo del estudiante. Este maestro debe poseer competencias inductivas, deductivas o argumentativas y un alto nivel de comprensión lectora que le permita captar matices, formular hipótesis o hacer una evaluación crítica de los textos. A su vez, debe realizar un seguimiento completo e integral del estudiante para que pueda partir de allí para trabajar su zona de desarrollo próximo, tanto a nivel cognitivo, valorativo y práxico.

Por su parte el estudiante ha de estudiar de manera activa, por ello deberá preguntar, inquietarse, tomar apuntes, exponer, dialogar e interactuar con el saber, los compañeros y los docentes. Para reforzar este papel activo y favorecer el desarrollo del estudiante se recurrirá en el aula de clase al diálogo grupal en forma de mesa redonda, lectura y trabajo en equipo. Así mismo se privilegiará la discusión, la cooperación entre compañeros y la explicación de un compañero a otro. Esta última estrategia permite más fácilmente al joven acercarse a explicaciones que están dadas en un lenguaje y un contexto emocional y cognitivo más próximo a sí mismo. De esta manera se logra un equilibrio o combinación entre la clase magistral y el diálogo desequilibrante, la mesa redonda y las exposiciones, por ejemplo las adoptadas por el seminario alemán.

Aporte de: Carlos Gómez Londoño. Pbro.

BIBLIOGRAFÍA:

ZUBIRÍA de, S. Julián. Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. (2º edic.) Edit. Delfín Ltda., Bogotá, 2006. ISBN 958-20-0876-8 (Colección Aula Abierta, Cooperativa editorial Magisterio) pp. 205-206; 229-230.

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